Día de los Abuelos

"Caritas dulces, palabras serenas" así comienza el versito que los tigres aprendieron para los abuelitos. Y realmente el día en que celebramos su día, el salón se llenó de caritas dulces, de serenidad yamor. 

Fue muy bello ver cómo los abuelos y los niños se sentían felices y orgullosos de estar juntos. Desde el momento en que llegaron los niños de tigres estaban a la expectativa de compartir con sus abuelos y por iniciativa de ellos organizaron en qué silla se sentarían tanto ellos como los abuelos. Por esta razón cuando llegaron los invitados me tocó decirles que las sillas estaban asignadas previamente por sus nietos y ubicarlos en estas. 

Luego a uno de los tigres lo sorprendieron sus abuelos pues él pensaba que solo venían dos de sus abuelitos y sorpresa llegaron más. Pero lo que en realidad pasó fue que un abuelito de otro salón seguramente no sabía cuál era el salón al que debía ir, por lo que entró al nuestro con los dos abuelos del niño y se sentó con todos. Yo tampoco conocía a los abuelos de los tigres por lo que no noté en el momento lo que pasaba y empecé a saludar a cada abuelo y su nieto. Pero cuando llegue al grupo de eso abuelos descubrimos que nos sobraba uno; y cuando él nos dijo "yo soy el abuelito de una niña que no es de los tigres", ya se pueden imaginar, a todos les pareció gracioso incluso a el; así entendimos por qué había un abuelito extra. 

Este día fue diferente a otros días de abuelos pues aunque yo tenía un plan, mis niños de Tigre tienen bastante iniciativa y la manifestaron una hora antes de empezar. Fue así como los niños escogieron otros dos cuentos y las canciones que querían que los abuelos escucharan. La actividad que logré rescatar de lo planeado también salió bien y la verdad fue enternecedor observar cómo los niños y los abuelos la realizaban con mucho interés y se daban consejos entre ellos, de cómo realizarla bien. 

Y hasta tomando las onces, los niños les contaron a los abuelitos un cuento que les gusta mucho: este habla de por qué tenemos que comer y alimentarnos bien. Luego estuvieron jugando en el parque y ya al final escuchando el versito y recibiendo el regalito.

Por supuesto a todos los abuelos con cada cosa que hacían o decían sus nietos se les notaba el orgullo y la felicidad de tener a los mejores nietos del mundo. Por eso es que siempre he pensado que este día debería ser largo, largo;  porque el estar rodeados de tanta paciencia, amabilidad, cariño y sabiduría es un privilegio.

Gracias queridos abuelos por ser como son, gracias a ustedes, los tigres pasamos un súper día de abuelitos. 

Adriana Pérez H.
Profe de Los Tigres