Desde 1950 se conmemora en Colombia cada 15 de Mayo el día del maestro; es decir que ya hace 67 años se rinde homenaje a los maestros de nuestro país, celebrando esta fecha como una forma de reconocer el gran valor que tienen en nuestra sociedad.
Cada día son más los retos que enfrentamos los maestros, pues las generaciones cambian, los niños de hoy no son Iguales a como lo fuimos nosotros o nuestros padres. Educar hace 10 o 20 años no es comparable a la educación de hoy en día. Las familias actualmente requieren cada vez más el apoyo y acompañamiento del colegio o el jardín, pues los padres se enfrentan a situaciones difíciles en la crianza de sus hijos y es aquí donde el maestro muchas veces se convierte no solo en el guía del niño sino también en el orientador de los padres.
Si bien es cierto que la educación empieza por casa es cada vez más importante la colaboración mutua entre familia y maestros, más aún cuando los niños son pequeños, pues son los primeros años donde se empiezan a establecer las bases sólidas del respeto, la solidaridad, y gratitud; valores que son fundamentales para la sana convivencia; además de habilidades y destrezas que les serán útiles para cumplir con los desafíos que el mundo exige.
Viéndolo de este modo el maestro ha dejado de ser solo la persona que transmite conocimiento o enseña a sus alumnos y se ha convertido en una figura fundamental para la sociedad, en la medida que su labor trasciende en el desarrollo y formación del ser humano desde pequeño. A partir de la dedicación, el ejemplo, la promoción de espacios de aprendizajes divertidos, interesantes, diversos, etc. Esto requiere de claridad, conocimiento, vocación y sobre todo amor.
Ese amor por ser maestros, nos impulsa a diario a ser los mejores en lo que hacemos; y aunque se haya instaurado una fecha especial para dar reconocimiento a esta profesión. Está en nuestras manos que no sea solo uno sino TODOS los días en los que dejemos huella el resto de sus vidas.
Ángela Lizcano.
Profesora salón Pato. Sede Bogotá