“Caerse siete veces, levantarse ocho”
– Proverbio Japonés
Estos meses no han sido fáciles… Vivimos entre ires y venires… como dentro de un carrusel, que a veces se mueve a una velocidad estresante, o que sube muy alto, para luego descolgarse de repente.
En marzo, cuando nos mandaron al Aislamiento Obligatorio, tuvimos poco tiempo para preparar la Educación en Casa con acompañamiento del maestro, tal como lo planteó la Secretaría de Educación. Con todas las profesoras armamos paquetes de cartillas y materiales para enviar a las casas o para que los padres los recogieran en el jardín. Esos paquetes iban acompañados de un programa de actividades que se envió por internet a los padres. Y ellos de la noche a la mañana, tenían que aprender a ser maestros en casa, con el apoyo y consejo de la profesora, a la distancia. ¡Nada fácil para nadie!
Y cuando estábamos orgullosas de haberlo logrado, los padres empezaron a pedir mayor comunicación con las profesoras pues los niños las extrañaban. Qué difícil fue organizar en unos pocos días un Preescolar semi-virtual, que respetara las capacidades de niños tan pequeños en cuanto a tiempo de atención y exposición a tantas pantallas: iPad, celular, computador o televisión. Aspecto de suma importancia para la salud de los niños y niñas preescolares, pues la Asociación Colombiana de Pediatría recomienda que ellos estén expuestos a esos dispositivos, tan sólo de una a dos horas al día.
Para cumplir con su papel virtual, nuestras maestras resultaron aprendiendo nuevas destrezas a pesar de no tener la certeza de poder acercarse a sus niños, para aconsejarlos o dirigir su trabajo. Se esforzaron mucho y se han vuelto expertas.
Y cuando volvimos a sentir un alivio por el logro del Preescolar semi-virtual, llegó el momento de escribir informes basados en el tiempo presencial que tuvimos (de enero a marzo) y el que compartimos con los padres, abuelos y demás familiares. Luego de varias reuniones con las maestras, pudimos hacer informes claros, justos y veraces. ¡Otro gran logro! Otra vez la tranquilidad del deber cumplido.
Pero como un carrusel no se detiene, tuvimos una ampliación de la cuarentena. No la esperábamos, pero fue obvio que debíamos cumplirla pues primero estaba la salud de todos. Por ello, otra vez tuvimos que citar a nuestras maestras para que volvieran a preparar materiales y otras cartillas para enviar a los niños. Y lo más difícil de todo: hacerlas llegar a las casas, teniendo tantas restricciones de movilidad ¡Pero lo logramos!
Y con la nueva distancia social, vimos la necesidad de acercar a los niños con sus compañeros: así apareció el Recreo Virtual, el cual ha sido muy exitoso, divertido y emotivo. Hemos visto a los niños felices, más expresivos y muy naturales.
Ahora nos acercamos al fin del año escolar y tuvimos nuevamente entrega de informes y los grados de los niños que se van al colegio grande. Fue una experiencia nueva hacerlos por teleconferencia.
Estamos seguras de que nunca olvidaremos estos tiempos de Pandemia, porque han sido difíciles, pero nos han permitido cumplir con nuestro trabajo. Hemos hecho realidad el Preescolar en casa, el cual no es tarea fácil pues nuestros niños son muy pequeños. Además, hemos tenido que emplearnos a fondo para cumplir con todos los compromisos económicos propios de nuestro trabajo, con los recursos muy ajustados ¡Pero lo vamos a lograr gracias a todos los padres!
Nos esperan días de mucho trabajo pues queremos prepararnos para abrir puertas en agosto. Tendremos clases presenciales para todos porque contamos con espacios inmejorables: 3.200 metros cuadrados para organizar el distanciamiento social, además tendremos un plan de bioseguridad muy riguroso y claro, y estamos preparando actividades pedagógicas propias para niños pequeños para enseñarles la importancia de usar tapabocas, mantener la distancia social y cuidar de su salud.
Cansancio… claro. Satisfacción por el deber cumplido... mucha. Esperanza en el futuro… toda.
Ana Rosalba Lizarazo
Directora Entrante
Martha María Tobón
Directora Saliente
